Hace unas semanas, nuestro compañero Yves Raimond Alcaraz, más conocido como Ivo, se despidió después de 27 años trabajando con nosotros. Su incorporación a la compañía, en 1997, coincidió con un momento especial en su vida: el nacimiento de su hija Paola. Años después, su hijo, también llamado Ivo, se unió a la familia de Ricardo Fuentes, reforzando su vínculo tanto profesional como personal.
En esta entrevista, conversamos con él sobre su experiencia y su trayectoria en el departamento de Comercio Exterior, donde ha desempeñado un papel clave en la gestión de las relaciones con clientes y proveedores de países como Francia, Argelia o Grecia, siendo testigo y contribuyendo al proceso de internacionalización de la empresa.
Hoy somos una mejor compañía gracias a profesionales como él. ¡Le deseamos todo lo mejor en esta nueva etapa!
¿Qué nos puedes contar de ti? ¿Cuáles son tus planes ahora que te jubilas?
Pues te diría que soy el más guapo, el mejor… ¡es broma, es broma! Soy una persona muy abierta y extrovertida, me encanta estar con la gente. También disfruto tocando la guitarra, haciendo deporte y leyendo. Cuando era niño, leí más de 30 libros de Julio Verne. Ahora leo mucho a Pérez Reverte y me encanta la novela histórica.
Lo que más me apetece ahora que me jubilo es descansar. Cuando me dicen “Ivo, te vas a aburrir”, yo les contesto: “Sí, eso es justo lo que quiero”. Tener tiempo para mí, para hacer cosas que me interesan y que hasta ahora no he podido disfrutar como me gustaría.
¿Qué ha supuesto para ti tu trayectoria dentro de Ricardo Fuentes?
El trabajo ha sido muy interesante. Me ha permitido viajar mucho y he descubierto un mundo que, de no ser por mi puesto, nunca habría conocido. He vivido muchas aventuras.
Yo llegué a la empresa justo cuando comenzaba su expansión. Desde entonces, he recorrido el Mediterráneo, ayudando, junto a mis compañeros, a la apertura de nuevos viveros y negocios en lugares como Túnez, Malta, Sicilia, Turquía y Chipre. Me alegro haber podido ver cómo la empresa ha crecido tanto.
¿En qué han consistido tus principales labores durante este tiempo? ¿Han sido diferentes cuando trabajabas en la oficina y cuando viajabas?
Yo he trabajado en el departamento de Comercio Exterior, gestionando las relaciones con clientes y proveedores de países como Francia, Argelia o Grecia. Cuando estaba fuera, mi labor principal era mantener el contacto con los socios estratégicos de cada zona y supervisar las operaciones.
Pasar meses fuera me ha permitido conocer diferentes culturas y formas de trabajar. Libia fue el lugar donde estuve más tiempo, casi ocho meses. También me gustó bastante Croacia. Estas experiencias me han hecho aprender mucho.
¿Y durante la temporada de pesca? ¿Cómo es la organización?
Es una etapa muy intensa; unos 10 o 12 días sin descanso para asegurarnos de que todo salga bien. Mi principal labor es coordinar toda la logística de la pesca de atún rojo en Baleares. Tras capturarlo, el atún se introduce en jaulas flotantes que se remolcan hasta los viveros. Este proceso es muy complejo y requiere coordinar una flota de al menos 50 barcos.
Además, la planificación comienza meses antes. Esto incluye preparar los contratos, organizar el transporte, establecer los sistemas de comunicación. Ahora estamos utilizando la tecnología Starlink de Elon Musk, que ha supuesto un cambio enorme. Los barcos cuentan con esta innovación y gracias a ello puedo usar WhatsApp y estar en contacto durante toda la operación. Es impresionante como hemos avanzado.
¿Qué es lo que te llevas de todos estos años?
A las personas. Es verdad que afronto esta nueva etapa con ilusión, pero voy a echar de menos a los compañeros. Después de tanto tiempo juntos, es inevitable sentir nostalgia. He aprendido mucho de ellos y hemos creado un ambiente increíble.
¿Cómo fue tu despedida?
Me hicieron una fiesta sorpresa. Me llevaron a desayunar fuera y pensé, «bueno, estamos tardando mucho», pero cuando llegué aquí toda la empresa me estaba esperando. Fue muy emocionante ver a unas 50 o 60 personas aplaudiendo. Me emocioné bastante.
¿Con qué palabra definirías estos 27 años?
Lealtad. Ha sido una relación recíproca: la empresa conmigo y yo con ella. Este trabajo requiere mucha dedicación, pero la compañía siempre me ha puesto las cosas fáciles. Se ha portado bien conmigo y eso es lo que valoro y con lo que me quedo.